Sin más recursos muchas veces que la marginalidad, esto es lo que se encuentran muchas travestis en Argentina y América Latina; lo que en otras partes del mundo ha sido ya superado, es el día a día a principios del 2008. La marginalidad no es una fatalidad; es lgo cultural, que culturalmente debe ser superado.
De Nuevo Diario web, de Santiago del Estero, Argentina
16/01/2008 Protagoniza una guerra de zonas en la ciudad de Añatuya
Salvan a un travesti que se inyectó lavandina y rociado con nafta
Fue en el Bº Tarapaya y a consecuencia de una fuerte depresión que padece, por ser blanco de las constantes amenazas vinculadas al trabajo sexual.
Cansado de las constantes amenazas que recibe -y que fueron denunciadas oportunamente ante la Justicia- desde hace varios meses por los integrantes de una asociación de trabajadoras sexuales del interior, un travesti pretendió quitarse la vida inyectando lavandina en sus venas. Estaba bajo los efectos de estupefacientes, según indicaron fuentes policiales.
Ramón Alberto Palomino había rociado su cuerpo por entero con combustible y amenazaba con prenderse fuego, no sin antes escribir una carta a su madre en la que se despedía y pedía que lo perdonara por su decisión.
Una vecina de la víctima alertó a la Policía lo que estaba ocurriendo, haciéndose presentes de inmediato en el lugar efectivos de la Comisaría 9ª y del Getoar.
El negociador hizo deponer de su actitud a Palomino, luego de una larga conversación. Cuando estaba todo controlado, paramédicos del Sease asistieron a la víctima y la trasladaron al hospital Independencia, donde no pudo ser asistido por la negativa de los profesionales. Esa actitud fue trasmitida al titular del Juzgado del Crimen de Tercera Nominación, Jorge Salomón, quien ordenó que fuera trasladado al Policlínico Regional, donde quedó internado.
Guerra de zonas
Las graves amenazas de muerte que recibe en su teléfono celular habrían llevado al travesti a querer suicidarse. Una guerra de “zonas” en la ciudad de Añatuya se desató meses atrás y Palomino comenzó a ser amenazado de muerte por integrantes de una asociación de “trabajadoras sexuales”.
Desde el domicilio del sujeto se secuestró una botella de plástico con nafta, una jeringa y 2 tiras de comprimidos Rivotril.
A principios de enero, Ramón Alberto Palomino denunció públicamente en este medio que padecía un gravísimo estado depresivo y que ya había estado internado varias veces por ello”. “Me amenazan, no me dejan trabajar y cuando lo hago me roban la cartera y me golpean. Mis amigas corren la misma suerte. “Es una guerra de zonas”, indicó.
Desde mediados del año pasado, la zona de trabajo de travestis en el interior se encuentra en conflicto y ya fue denunciado en las comisarías y en la Unidad Regional Nº3. Hasta el momento la situación sigue igual y Palomino y su gente fueron expulsados de ese lugar.
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