Dieciséis días de paz, desde el 5 de abril. Pero esta mañana me encuentro la noticia de la muerte de Ashley Santiago Ocasio, que a sus 31 años ha sido asesinada en Corozal (Puerto Rico)
Las fotos la muestran como singularmente radiante. Carmen, su madre, llora "por su hija, su mejor amiga". Todos hablan de que no tenía enemigos, y era muy querida en el pueblo, donde hacía bien a quien se le acercaba.
Acababa de comprar un salón de belleza y esperaba un buen futuro.
No se descarta que se trate de un crimen de odio, en su propia casa.
Las informaciones de prensa sobre ella me parecen singularmente comprensivas, y el equipamiento jurídico de Puerto Rico, suficiente para hacer justicia, puesto que allí existe el delito de "prejuicio por la orientación de género", que se supone que incluye el prejuicio por identidad.
Es muy importante que los agresores vean y sientan con claridad que sus actos no está impunes. En la medida en que en las diversas naciones latinas o indoamericanas la legislación caiga efectivamente sobre estos crímenes, las conductas se irán transformando.
Ashley, querida compañera, descansa en paz.
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