Fátima Castiglione Maldonado escribe:
"... si seguimos denunciando las muertes como casos individuales, no llegamos a nada. Quiero hacer visible mi denuncia para que se haga visible el MATADERO.
Me gustaria que publiques fragmentos de mi libro en el blog, si te parece bien."
Estoy muy de acuerdo, por lo que empiezo a transcribir:
Buenos Aires, marzo de 2007
En la República Argentina hay pena de muerte. Si sos trans, vas derechito al MATADERO y sin chistar. Es cierto que algunas se salvan, las más hábiles quizás. Siempre alguien se salva, aún en los peores desastres, así que eso no quiere decir nada.
El MATADERO es una enorme red de trata de esclavas para prostitución y narcotráfico. Hasta el día de la fecha no pude encontrar una conducción centralizada. Eso no lo hace menos mortal.
Mis pobres marginales mueren como moscas. Cuando las conocí, eran tan marginales que ni siquiera conocían la palabra marginal; hasta eso les tuve que enseñár.
En este libro está todo: modos de funcionamiento, lugares, códigos. Yo sé que hay personas trans que, para sobrevivir, han aceptado cargos operativos en el MATADERO. No voy a parar por eso. También las quiero ayudar a salir. Si no se dieron cuenta, lo que están haciendo es horrible. Este libro es parte de un movimiento imparable para destruir el MATADERO. Si puede, si podés, por favor cómprelo, compralo. O ayuda como puedas. Si dejamos suelta esta lacra social, un día van a buscar a tu familia también.
Aguanten chicas. Por favor no se suiciden con la cocaína ni con el SIDA. No sean cobardes. Pronto van a ser libres.
La esclavitud en la República Argentina fue abolida por la Asamblea de 1813. Pero a nosotras, casi 200 años después, todavía no nos llegó. Falta poco.
Al MATADERO solamente le digo: recen, pongan en orden sus asuntos personales. Se acercan la ruina, la cárcel, la muerte. Esto es una guerra contra la esclavitud moderna y la vamos a ganar. Ustedes nacieron perdedores. Porque ustedes los esclavistas son el odio. Y el amor es mas fuerte.
Muchas cosas pasaron en el año 2006. Buenas y malas. Ganamos visibilidad en los medios de comunicación de masas. Hubo, sobre fin de año, un rebrote de violencia contra la comunidad trans.
Pero hubo algo que nos llamó poderosamente la atención. Durante las actividades que realizamos en el año, ante nuestro uso reiterado de la palabra “MATADERO”, varias personas nos contestaron, con escepticismo, “no hay un matadero”. Y nuestra respuesta fue siempre la misma: “hay un matadero, y hay mafias”. Sin duda alguna.
Esto lo expresamos en el discurso de identidad trans que se leyó en Plaza de Mayo, durante la Marcha del Orgullo 2006, el cual está incluido en este trabajo.
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